sábado, 20 de agosto de 2016

Regresando...

Domingo 3 de Abril

De a poco comenzamos el regreso... Desayunamos mate con pie de piña, que habíamos comprado en el recorrido de la noche anterior. Acomodamos nuestras mochilas con bastante parsimonia mientras subíamos fotos y descargábamos las aplicaciones para el teléfono nuevo. 
A las diez y media salimos para tomar una buseta colectiva, que como éramos pocos nos dejó en la puerta del aeropuerto. Son buenísimos! Alteró su recorrido para favorecernos. Hicimos check in y paseamos por el aeropuerto. 


Al preparar el equipaje olvidé una pequeña cortaplumas en la mochila, ... y obviamente no pasó el control. Tuve que dejarla, y menos mal que no me generó problemas con el áspero empleado del scanner, que me exigía que se la entregue aunque yo ni recordaba que estaba allí. Creo que fue una buena idea sugerirle que busque tranquilo él, que yo no tenía objeciones. 
Mientras paseábamos vimos unas remeras blancas, que tomaban color al exponerse al sol. Nos pareció que les iban a gustar a las nietas y se las compramos. Una novedad para Aluminé!
En el vuelo admiramos la Isla y su arrecife por las ventanillas. Nos despedimos de un paraíso. Durante el viaje aprovechamos la app de LATAM en el teléfono. Muy bueno. Vi bastante de "María Antonieta".


En Medellín aprovechamos para comer unas arepas Montañera y Campesina, muy buenas. Eran desayuno, pero nos sirvieron igual como almuerzo. La moza le preguntó a la cocinera y nos las preparó sin problemas.
Casi a las cinco embarcamos, un poquito demorados. El vuelo fue rápido y cumplimos el horario. Me alcanzó para terminar de ver la película.


Cuando llegamos, nos pusimos las mochilas, averiguamos y caminamos al Hotel tres cuadras. Genial! Por la avenida/ruta. Hay varios lugares para comer, así que después de registrarnos en el Casa Vargas, volvimos al aeropuerto a extraer dinero del cajero. Encontramos un supermercado, y compramos la comida para ir al Parque. Cenamos en la esquina del Hotel: salchipapas con todo. Se parece a la chorrillana, tenía papas fritas, salchichas, papitas finitas de las que les ponen a los panchos, queso, carne de cerdo, pollo y res, cebolla, lechiga y no se que más. Tardó bastante pero estaba buenísimo. Acompañada con Club Colombia, dorada y negra.


El Hotel está hermoso, sencillo, con aire acondicionado, internet, un buen parque y una ubicación espectacular para llegadas tarde.

viernes, 19 de agosto de 2016

Johnny Cay y El Acuario

Sábado 2 de Abril

Despertamos temprano y ansiosos por el paseo. Salimos enseguida para tomar el bus y caminar unas cuadra hasta la Marina.



Nos registramos, pagamos la entrada al Parque y a los pocos minutos salimos para Johnny Cay. Un breve recorrido en lancha y llegamos al Cayo.



Es muy bonito y disfrutamos que todavía estaba casi vacío de público, ya que éramos el primer viaje.



Luego siguieron llegando una lancha tras otra sin parar.  Para el mediodía estaba bastante lleno, aunque no tanto como Playa Blanca (Baru).



Pudimos disfrutarlo bastante: sol, palmeras, arena blanca, sombra al mediodía, agua turquesa,...



El arrecife era un poco extraño, parecía de piedra laja. Vimos varios peces y una medusa súper transparente.



Almorzamos las frescas ensaladas de frutas que habíamos llevado por recomendación de los chicos de Bahía Blanca, con los que charlamos en la Cabeza de Morgan.



Aunque ya habían bajado los precios que eran tan exorbitantes en Semana Santa. Ahora el corriente de pescado, carne o pollo costaba COP 25000, y un mixto con langosta COP 100000.



Unos minutos antes de la una subimos a la lancha para ir al otro punto: Cayo El Acuario.



Es indescriptiblemente hermoso! Pleno de peces de distintos tamaños y colores. Lo recorrimos guiados por Brian y otro muchachito, que al rato fueron a buscar alguna "manta raya".



Mientras seguimos snorkeleando y descubriendo distintos peces. El desconocido de esta vez fue un marlín juvenil, que se encontraba en cardúmenes entre los pastos.



Los chicos llegaron con Manchita, una raya gris moteada de aproximadamente 80 cm.más la cola, y me la pasaron!. La tuve en mis manos, es suave y tranquila. Se la pasé a Luis y luego a los demás del grupo. Quedamos impactados y felices. Fuimos a buscar las cosas del "locker" (un bolsito cuyo cuidado cuesta COP 5000), y así pudimos sacar algunas fotos.



Paseamos por el vecino Rose Cay, y descansamos,... y volvimos a snorkelear...
Casi a las cuatro subimos a la lancha. En el viaje de regreso nos dio un recorrido por el manglar en el que se filmaron un par de tomas de "Anaconda 2". Pasamos por frente a la Armada y nos hicieron observar las lanchas súper rápidas con  cuatro motores que luchan contra el narcotráfico.



Y llegamos de regreso. Fuimos por dinero al cajero y a comprar unas cajitas con formas para las nietas y sobres para los celulares. Volvimos a la Posada a cambiarnos y enjuagar las cosas. En el barrio vimos peluqueras en las veredas, haciendo unos peinados de trenzas increíbles.



Justo frente a la posada, en el parador de la playa se estaba organizando una fiesta. No podemos imaginar mejor lugar! Salón, aire libre, antorchas, piscina, playa,...


Salimos a cenar, pero no encontramos nada abierto por la zona. Había una especie de campaña de pintura de casas. Grupos de jóvenes con remera amarilla con publicidad de pintura, estaban por todo el barrio San Luis. Terminamos cenando en el puesto de hamburguesas igual que ayer. Por el barrio ya nos conocen y todos el que nos ve nos saluda amigablemente. Es muy agradable!

Rocky Cay

Viernes 1° de Abril

Luis comenzó el día comprando agua porque la del departamento es salobre, y le pedimos a María que nos calentara para mate.



Salimos relajados y tal vez un poco tarde, caminando a Rocky Cay, a sólo quince minutos a pie.
Es bellísimo, pero decepcionante a nivel de snorkeling. Tal vez demasiada gente.



Igual pasamos un hermoso día de playa. Hay sombra de palmera, sol, arena blanca y mar turquesa.
Volvimos pasadas las tres, y en el camino observamos con agrado a los niños jugando naturalmente: bicicletas, barriletes,...



Después de bañarnos y cambiarnos fuimos al centro, en colectivo urbano, tipo buseta. 
Pasamos por el embarcadero y reservamos un tour para mañana, con el voucher de Rosalba.



Paseamos un rato buscando celulares, pero no es fácil: en aspecto se ven iguales pero tienen distintas procedencias y especificaciones técnicas. Hay que fijarse mucho, y encima hemos tenido malas experiencias que nos hacen desconfiar en transacciones con comerciantes turcos que apenas hablan español. Al final nos inclinamos por comprar en la tienda oficial Samsung.



Seguimos paseando y antes de regresar entramos a un supermercado "raro", con puertas adentro en algunos sectores por aire acondicionado. Compramos ensalada de frutas para llevar mañana y agua.



Volvimos en bus, ahora colmado de gente. Dejamos las cosas en la Posada y salimos a cenar. Luis comió una hamburguesa y yo pedí un chorizo que sirven con salsa y papas grandes, además de una porción de papas fritas. El día terminó en la posada probando el ron con pulpa de mango.

jueves, 18 de agosto de 2016

Vuelta a San Andrés en moto

Jueves 31 de Marzo

Pedimos agua caliente para tomar mate. Los extrañábamos! Desde Cartagena que no lo hacíamos.



Después del "desayuno argentino" en el balconcito de la habitación, fuimos a buscar la moto que habíamos reservado.



Era tan nueva que aún no tenía patente, y nos dieron los certificados por las dudas. Muy prolijos!



Recorrimos primero hacia Rocky Cay, el centro y Punta Norte.




Era temprano y estaban los negocios cerrados.



Seguimos hacia el Oeste y notamos la significativa diferencia en las costas.



Las de este lado no tienen playas de arena. Parece un arrecife muerto.



Bajamos varias veces porque las vistas son espectaculares y el color del agua alucinante.



Averiguamos para hacer buceo y no nos pareció nada caro, unos u$s 60. El centro de instrucción es hermoso. La pileta parece un arrecife y es transparente (no se si vidrio o acrílico).




También ofrecen snuba, ese cuasi buceo con mangueras, en la costa. Vimos un par de personas que salían de hacerlo y una inmensa barracuda en el agua. Fantástico.



El siguiente punto fue el "hoyo soplador": una formación que provoca un fuerte viento y salpicaduras de agua al ritmo de la marea.


Allí nos vió Rosalba, que nos ofreció visitar el Hotel GHL Sunrise por una cena y varios 2x1 en tours. Aceptamos y pactamos visitarlo a las 19 hs.



Conocimos la punta sur y su inmenso palmeral, y continuamos por el este hasta nuestro punto de partida en San Luis.



Como todavía no estaba lista la comida, continuamos el paseo hacia lo alto de la isla, por Orange Hill.



Descubrimos el mirador en el último piso de un hotel por COP 2000. Una vista incríble!



Siguiendo por la zona alta encontramos el acceso a la laguna.




Es un paseo pleno de esculturas muy alegre en las que nos divertimos sacándonos fotos.



Algunas muy graciosas!



Volvimos a lo de Doña Toña para almorzar un corriente de bisteck Luis y yo de albóndigas de pescado. Muy rico; agradecidos por la recomendación de María.



Después de almorzar fuimos al centro con la idea de evitar el momento de mayor exposición solar entre los negocios, pero estaban cerrados hasta las tres.



Igual fuimos a esperar un rato a la playa. Bellísima y con vista a Jonhy Cay. Nos refrescamos en el mar, descansamos a la sombra de una palmera y luego hicimos un sencillo paseo comercial, y también jugamos con las esculturas.



Volvimos a devolver la moto, bañarnos y cambiarnos para ir al compromiso del GHL. Tal como habíamos pactado a las 19 hs nos vino a buscar Rosalba, nos dio los vouchers de descuento y entramos a visitar el Hotel.



Recorrimos las instalaciones, hermosas por cierto, con una impresionante piscina de agua dulce sobre el mar. Nos comentaron las formas de asociación, que no difieren mucho de otros tiempos vacacionales, pero mejoraba un poco en las opciones de RCI. Nos cerró la propuesta y adherimos.


Fuimos a cenar en el bufet del Hotel, invitados y volvimos a la Posada a brindar por mi Jubilación que comienza ahora oficialmente.